martes, 29 de septiembre de 2009

Reforestación para disminuir la contaminación


Ecologistas critican la reforestación como excusa para no reducir el C02

Los grupos ecologistas han denunciado que se utilicen las reforestaciones como una "excusa" para no reducir las emisiones de dióxido de carbono (CO2) y han alertado de los riesgos ambientales que en muchos casos pueden acarrear las plantaciones monoespecíficas. "Zapatero nos engañó con su promesa electoral de 45 millones de árboles, uno por cada ciudadano, porque no dijo que eran para seguir emitiendo gases de efecto invernadero", ha señalado el responsable de la campaña Bosques de Greenpeace España, Miguel Ángel Soto. Asimismo, el responsable del área de Cambio Climático y Energía de Amigos de la Tierra, José Carlos Puentes, teme que este tipo de iniciativas "laven conciencias" y trasladen a los ciudadanos la sensación de que plantar un árbol les evita tener que reducir su consumo.

Sin embargo, Manuel Enrique Figueroa, catedrático de Ecología de la Facultad de Biología de la Universidad de Sevilla y autor del libro "Los sumideros naturales de CO2", no comparte que promover el desarrollo de los espacios verdes como sumideros naturales se esté utilizando como excusa para contaminar más.

Puentes ha subrayado que en los proyectos de reforestación no se realiza un estudio de qué especies son las más adecuadas para cada ecosistema y sólo se prevén los costes de mantenimiento para los primeros años, pero no a largo plazo. La presidenta de Bosques Sin Fronteras, Susana Domínguez, también ha alertado de la "fiebre de reforestar", una "moda", a su juicio, que también tiene consecuencias negativas porque "pocos organismos e instituciones se preocupan del resultado pasado el momento de la foto". En España existen "miles de hectáreas de bosques abandonados en los que no se realiza ningún tratamiento, ni clara, ni poda, ni limpieza, ni cambio de especie", ha destacado Domínguez, quien ha insistido en la importancia de que la reforestación sea vigilada a largo plazo para evitar esa situación.
Además, Greenpeace España ha denunciado que las cifras que el Gobierno ofrece sobre el incremento de la superficie forestal "responden a un interés del sector de las plantaciones, en especial el sector papelero español responsable de la expansión del eucalipto en el norte y noroeste".

Ante estos argumentos, Figueroa ha considerado que la potenciación de bosques como sumideros naturales no implica llenar de especies potencialmente invasoras el territorio, sino de optimizar los recursos existentes.

Respecto al valor de los árboles como sumideros naturales de carbono, los ecologistas cuestionan la función de plantaciones monoespecíficas de algunas especies como el eucalipto, por tener una escasa capacidad de absorción y de retener el carbono en el suelo, según Amigos de la Tierra.

Entre las críticas sobre los sumideros naturales está que no se puede conocer con exactitud la capacidad de absorción de CO2 de los árboles y que los ensayos científicos se hacen en unas condiciones irreales, es decir, dentro del laboratorio y sin tener en cuenta los factores climatológicos externos. No obstante, Figueroa ha defendido que existen metodologías para determinar la potencialidad de absorción de cualquier especie y en cualquier escenario climático y que los resultados que ofrecen sus investigaciones en este terreno son datos de campo reales y no de laboratorio.

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(Esta noticia aparece en diversos medios porque Inma Casas la publicó para la agencia EFE)

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