Ser un conductor ecológico no sólo conlleva beneficios ambientales, sino que también supone ventajas económicas
Desde la invención del automóvil a finales del siglo XIX, el número de coches que circulan en el mundo se ha incrementado notablemente, como referencia podemos tomar unos datos del año 1997, donde se calcularon unos 600 millones de vehículos en todo el planeta, y todo indica que en el pasado año 2008 debía haber unos 800 millones. Si el aumento continúa a ese ritmo en 2030 podría haber alrededor de 12.000 millones de coches. Un desarrollo automovilístico de dichas proporciones sería perjudicial para el equilibrio medioambiental debido a las emisiones contaminantes de los automóviles, unos 160 g/km, según las cifras publicadas en 2007 por Transport and Environment (T&E), federación europea que apoya el transporte sostenible. De hecho, la Guía Verde de la revista National Geographic, afirma que “los vehículos automotores son una de las mayores fuentes emisoras de dióxido de carbono, el principal gas de efecto invernadero, a la atmósfera en todo el mundo. Mientras nosotros conducimos, nuestro planeta sufre”.
Para ponerle freno a esta situación es necesario disminuir el uso de los turismos en los desplazamientos. Se pueden encontrar otras alternativas nada contaminantes: caminar, la bicicleta o el transporte público eléctrico. Una propuesta que cada día gana más adeptos es compartir el coche para desplazarse al lugar de trabajo. También en algunas empresas permiten a sus empleados trabajar desde casa uno o dos días a la semana con el fin de reducir el impacto ambiental de los desplazamientos.
De todas formas, si no se puede prescindir del coche, al menos se puede utilizar de una manera más respetuosa con el medio ambiente. Ser un conductor ecológico no sólo conlleva beneficios ambientales, sino que también supone ventajas económicas. Los datos aportados por la Agencia Andaluza de la Energía, así lo atestiguan, los eco-conductores ahorran unos 200 euros por cada 15.000 kilómetros recorridos. Esta institución junto con IDAE, (Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía) financian unos cursos gratuitos para reducir la emisión de CO2 de los automóviles.
En estos cursos demuestran que cambiando algunos hábitos ante el volante se puede reducir hasta 158 litros de combustible al año, es decir, un 20% de su consumo. Por ejemplo: cuando el vehículo vaya a estar parado más de un minuto es aconsejable apagar el motor. También hay que evitar pisar el acelerador en el arranque.
Pero, sobre todo, la clave está en las marchas, pues según la periodista M. Ariza “la primera marcha ha de utilizarse exclusivamente para el arranque porque hay que circular lo más posible en marchas largas y a bajas resoluciones. Cuanto más larga sea, menor será el consumo. Así, usar la cuarta en vez de la tercera ahorra hasta un 10% de carburante. Mientras, usar la quinta ahorrará un 20%, según la cilindrada del coche”.
Manuel Rodríguez Rodríguez, organizador del curso Conducción Eficiente de la empresa malagueña Torcal Innovación y Seguridad, nos confirma, en exclusiva para R. I. M. A., que el número de matriculados ha aumentado en poco tiempo, de 1121 alumnos en 2007 a los 1700 que calcula que habrán llegado en 2008. “Hay concienciación, la gente está preocupada por el cambio climático porque cada vez son más las empresas o ayuntamientos que nos llaman para que vayamos a impartir las clases”, asegura Rodríguez. También apunta que no hay un perfil claro del conductor ecológico, “tenemos alumnos de todas las edades”, sólo recalca que la participación de los jóvenes universitarios es bastante numerosa.
Con el propósito de apoyar la movilidad sostenible, a primeros de año la Junta de Andalucía convocará 800 plazas para cursos de conducción eco-eficiente para turismos, industriales y profesores de autoescuela.
No obstante, hay que recordar que lo más ecológico es evitar el uso del coche lo más posible.
Más información:
Para ponerle freno a esta situación es necesario disminuir el uso de los turismos en los desplazamientos. Se pueden encontrar otras alternativas nada contaminantes: caminar, la bicicleta o el transporte público eléctrico. Una propuesta que cada día gana más adeptos es compartir el coche para desplazarse al lugar de trabajo. También en algunas empresas permiten a sus empleados trabajar desde casa uno o dos días a la semana con el fin de reducir el impacto ambiental de los desplazamientos.
De todas formas, si no se puede prescindir del coche, al menos se puede utilizar de una manera más respetuosa con el medio ambiente. Ser un conductor ecológico no sólo conlleva beneficios ambientales, sino que también supone ventajas económicas. Los datos aportados por la Agencia Andaluza de la Energía, así lo atestiguan, los eco-conductores ahorran unos 200 euros por cada 15.000 kilómetros recorridos. Esta institución junto con IDAE, (Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía) financian unos cursos gratuitos para reducir la emisión de CO2 de los automóviles.
En estos cursos demuestran que cambiando algunos hábitos ante el volante se puede reducir hasta 158 litros de combustible al año, es decir, un 20% de su consumo. Por ejemplo: cuando el vehículo vaya a estar parado más de un minuto es aconsejable apagar el motor. También hay que evitar pisar el acelerador en el arranque.
Pero, sobre todo, la clave está en las marchas, pues según la periodista M. Ariza “la primera marcha ha de utilizarse exclusivamente para el arranque porque hay que circular lo más posible en marchas largas y a bajas resoluciones. Cuanto más larga sea, menor será el consumo. Así, usar la cuarta en vez de la tercera ahorra hasta un 10% de carburante. Mientras, usar la quinta ahorrará un 20%, según la cilindrada del coche”.
Manuel Rodríguez Rodríguez, organizador del curso Conducción Eficiente de la empresa malagueña Torcal Innovación y Seguridad, nos confirma, en exclusiva para R. I. M. A., que el número de matriculados ha aumentado en poco tiempo, de 1121 alumnos en 2007 a los 1700 que calcula que habrán llegado en 2008. “Hay concienciación, la gente está preocupada por el cambio climático porque cada vez son más las empresas o ayuntamientos que nos llaman para que vayamos a impartir las clases”, asegura Rodríguez. También apunta que no hay un perfil claro del conductor ecológico, “tenemos alumnos de todas las edades”, sólo recalca que la participación de los jóvenes universitarios es bastante numerosa.
Con el propósito de apoyar la movilidad sostenible, a primeros de año la Junta de Andalucía convocará 800 plazas para cursos de conducción eco-eficiente para turismos, industriales y profesores de autoescuela.
No obstante, hay que recordar que lo más ecológico es evitar el uso del coche lo más posible.
Más información:
http://www.transportenvironment.org/
http://www.torcal.es/publico/jsp/cursos.jsp
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