Las últimas elecciones presidenciales en EEUU demostraron que ni el 11-S, ni la guerra de Irak pudieron derrotar al presidente Bush. No obstante, lo que podría acabar con el poder de los republicanos sería el cambio climático. Para dicha afirmación nos basamos en las estadísticas más recientes que muestran que los estadounidenses están cada vez más concienciados con dicha problemática, sobre todo desde la difusión del documental de Al Gore, Una verdad incómoda, los desastres causados por el huracán Katrina en Nueva Orleans y los incendios de California del verano de 2007. El siguiente fragmento de un artículo de Economist.com reafirma esta idea: “La destrucción causada por el Huracán Katrina en el verano del 2005 ha tenido una gran influencia en los votantes, según los últimos datos ofrecidos por Jonathan Lash, representante del Instituto de Recursos del Mundo, (World Resources Institute). Para los americanos las enormes incidencias que están teniendo los cambios del tiempo meteorológico ha servido como prueba de que el cambio climático es real. Muchos de ellos han visto el documental de Al Gore, que se ha convertido en el tercer documental más exitoso de todos los tiempos, ganador de un Oscar, (un premio Nobel y un Príncipe de Asturias) Las últimas encuestas revelan que los americanos están cada vez más preocupados por el cambio climático, a pesar de ello, la opinión pública europea y japonesa sigue estando más concienciada en este aspecto”. (Economist.com)
De esta manera, el estereotipo de norteamericano contaminante y nada concienciado con la naturaleza desaparece, y permite abrir nuestras miras. De hecho, hay que recordar que Greenpeace, la gran ONG ecologista la fundaron unos canadienses y estadounidenses. Las voces ecologistas en Estados Unidos se oyen cada vez con más fuerza.
Sin embargo, la lucha ciudadana no queda sólo en palabras y buenas intenciones, sino que apuestan por un compromiso real y activo. De hecho, cuatro de cada cinco ciudadanos estadounidenses, que son los mayores emisores de dióxido de carbono del mundo, estarían dispuestos a modificar sus hábitos para frenar el calentamiento global. Así lo muestran los datos del informe presentado por la cadena pública británica BBC, que ha cotejado las opiniones de 22.000 personas en 21 países diferentes y del que se desprenden datos muy esperanzadores. La mayoría de los encuestados, incluidos los norteamericanos, opinan que el coste del combustible debería aumentar, impulsando así otro tipo de combustibles o transportes. Las estadísticas muestran que en los últimos dos años, más del 70% de los norteamericanos piensa que el cambio climático es un asunto de vital importancia. El 40% considera que la actividad humana es la gran causante de esta situación. No obstante, hay un 10% que cree que todavía no hay evidencias sólidas de que el cambio climático se esté produciendo, por lo que todavía queda mucho camino por recorrer.
De todo esto parece desprenderse la idea de que en EEUU los ciudadanos están más decididos que su propio gobierno a contemplar cambios serios en su estilo de vida a fin de combatir el calentamiento global, así que la opinión pública es también un relevante actor ha tener en cuenta.
En definitiva, la lucha contra el calentamiento global se hará desde la población, porque cada vez tienen más fuerza sus propuestas. Pero, lo que es más importante, a los políticos les preocupan los votos de esa ciudadanía cada vez más concienciada, y como consecuencia se ven obligados a responder a sus demandas. En resumen, el medioambiente de EEUU y del mundo tiene puestas sus esperanzas en la lucha ciudadana.
Más información:
Véase el artículo “Los ciudadanos, más concienciados que los políticos frente al cambio climático” (5 de noviembre de 2007) El País.com
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